Viajar con niños a Bruselas
Aunque las deliciosas tiendas de bombones y el museo del tebeo podrían estar pensados solo para adultos, a los más pequeños les encantará visitar ambas ciudades. Viajar de una a otra es fácil; si se va en tren después de las 9.00, los menores de 12 años acompañados por un adulto no pagan.
Lo básico
Muchos B&B y hoteles disponen de cunas, pero es buena idea reservarlas, pues a menudo solo tienen una a mano. Considérese bien el llevar o no el carrito, ya que tocará pelearse con infinitas escaleras, senderos estrechos y el adoquinado. Comer con niños no suele suponer ningún problema, ni siquiera en los establecimientos de más categoría, pero los críos belgas se comportan y se espera lo mismo de los demás. En los restaurantes a menudo tienen tronas y, a veces, menús infantiles, aunque se recomienda asegurarse antes. Con tantos gofres y patatas fritas por doquier, a los padres quizás les toque imponerse un poco, pero los niños no pasarán hambre.