Esta ruta para amantes de la naturaleza desde Seattle a San Diego es ideal para abrazar un árbol, surcar una ola y saborear la frescura de la costa oeste.
Para empezar, qué tal un café en la cafetera Seattle y una visita a los mercados de la ciudad, las microcerveceras y el paseo marítimo. Se puede ir hacia el sur hasta el Mt Rainier National Park, sede de senderos y balsámicas posadas bajo el pico nevado. Se puede seguir hasta Portland, ciudad conocida por sus vastos parques, su conciencia ecológica, su urbanismo progresista, sus puestos callejeros, su cultura cafetera y su oferta nocturna. Después se puede hacer una ruta panorámica por el cañón del río Columbia hacia el este embobándose con las cascadas y probando los productos de los puestos de carretera. Se gira hacia el sur hasta Mt Hood para esquiar en invierno o salir de senderismo en verano. Hay más aventuras en las Sisters, tres picos de 3048 m, y en las azules aguas del Crater Lake. Se puede asistir a una obra de teatro de Shakespeare en Ashland y después sortear las montañas hasta la costa. Por la Hwy 199 se entra a California, donde aguardan los bosques primigenios de Redwood National & State Parks.
Después, abrazar la costa hacia el sur por Arcata y Eureka, perderse en la Lost Coast y tomar la Hwy 1 para cruzar Mendocino, aminorando la marcha para ver los cabos y el litoral escarpado. Para una cata de vinos con un fondo encomiable se recomienda ir tierra adentro hasta los viñedos de los valles de Napa y de Sonoma y continuar al sur hasta San Francisco, ciudad de románticas cuestas. Hay que regresar a la Hwy 1 a través de Santa Cruz, Monterey, encarada a la bahía, y la beatnik Big Sur. En nada se llegará a Hearst Castle y a San Luis Obispo. Se puede pasar por Santa Bárbara para ir de compras y catar vinos para luego subir a un ferri en Ventura hasta las Channel Islands, ricas en fauna. El imán de Los Ángeles tira con fuerza. Nadie puede evitar entregarse a las fantasías hollywoodienses e inspeccionar las colinas de Griffith Park y los barrios de palmeras de L.A. Tras pecar un poco en la ciudad, se baja al sur a los acantilados de Laguna Beach y San Diego.